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Nosotros

Los Misioneros Hijos del Corazón de María (su nombre en latín “Cordis Mariæ Filius”, C.M.F.), comienzan su trabajo misionero con visitas periódicas a Costa Rica para realizar misiones o dar retiros denominados Ejercicios Espirituales, provenientes de las casas ubicadas en Panamá durante la década de 1940.

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Reseña Histórica

El insigne y recordado arzobispo Monseñor Víctor Manuel Sanabria Martínez (1898-1953), propuesto a estudio para un eventual proceso de beatificación, en 1950 acuerda con el Superior General el establecimiento de una comunidad claretiana en la localidad de Mercedes Norte de Heredia. Los misioneros asumen el cuidado pastoral de la comunidad parroquial, y por las condiciones y el apoyo de los vecinos, se comienza el proyecto de construir un Seminario Menor, llamado Seminario Claretiano Centroamericano, es decir para jóvenes de secundaria con aspiraciones religiosas o sacerdotales, de la Provincia Claretiana de Centroamérica, que en aquel entonces estaba integrada por 6 países: Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá; en este último país es donde está ubicada la Sede Provincial de los Misioneros Claretianos.

La primera tarea fue la búsqueda de terrenos, con preferencia en Barrio Mercedes. El precio de las fincas en venta en esta zona hizo que las puertas se fueran cerrando, ya que no se contaba con suficiente dinero para adquirir las que estaban en venta, entonces se comienza a buscar un lugar en la carretera de Heredia a San José y también se hicieron intentos de lograr terrenos en Santa Rosa de Santo Domingo. El pueblo de Mercedes se dio cuenta de que los Padres se irían de la comunidad, entonces algunas familias de recursos económicos se organizaron y entre ellos compraron la finca para hacer el Seminario. Los dueños accedieron a vender la propiedad a estas familias a un precio cómodo.

Con las donaciones de los habitantes, con gestiones para obtener precios especiales en los materiales de construcción y con el trabajo de los misioneros, y de los vecinos del barrio, acarreando piedra, chorreando cemento y subiéndolo con gran sacrificio en carrerillos, desde el amanecer hasta entrada la noche, ya que en aquel entonces no existían las facilidades de construcción actuales, se logra construir el edificio para albergar y formar aspirantes a la vida religiosa provenientes de toda el área centroamericana.

Según los datos orales, el Seminario Menor Claretiano, empieza labores a finales de la década de 1950 pero a mediados de los años 1960, se decide cerrar el Seminario y las instalaciones quedan sin uso.

Hacia el año 1968 con la demanda de la población estudiantil y ante el carisma de los Misioneros Claretianos de anunciar el evangelio a los jóvenes, se inicia el proceso para reabrir las instalaciones del antiguo Seminario, para lo que hoy es el Colegio Claretiano. Durante muchos años el Colegio fue solo para varones, (hasta el año 2002 aproximadamente) en cuanto las instalaciones estaban diseñadas para misioneros y aspirantes al sacerdocio ministerial. De hecho, los colores negro y blanco del uniforme, hacen una breve alusión a las sotanas negras utilizadas antiguamente por los seminaristas menores.

Después de las adaptaciones de infraestructura y los permisos respectivos ante las autoridades de Gobierno, se inaugura el Colegio Claretiano en 1968 y su primer director fue el Padre Carlos María Ariz, cmf, nombrado luego como Obispo de Colón, Panamá, nacido en Navarra y nacionalizado panameño, quien falleció en el 2015, a la edad de 86 años. Desde 1969 hasta 1971 ejerció como director del Colegio Claretiano y mantuvo como escudo el del Seminario Claretiano.

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